Alberto Nisman sepultado en La Tablada, con la presencia de la Jueza Arroyo Salgado (ex esposa del fiscal), las hijas del matrimonio y una gran cantidad de público.

Luego del velatorio en el barrio de Núñez, fue trasladado el cuerpo del fiscal Nisman al Cementerio Israelita de La Tablada, con fuerte custodia policial.
Una gran cantidad de público acompañó los restos del fiscal hasta el cementerio, y en la puerta del cementerio se oyó un fuerte aplauso y gritos de “Argentina, Argentina”, “Nisman Presente” y “Justicia”.
Uno de los oradores fue el filósofo Santiago Kovadloff, de quien recreamos algunos de los párrafos de su discurso; “Quien cumple con la ética cumple con la ley. Y cumple mucho más con la ley si pone su empeño al servicio de la Justicia. Así procedió Alberto Nisman. Se jugó la vida -y pagó con ella- para impedir, en la medida de sus fuerzas, que el crimen se llevara por delante, sin costo alguno, la verdad, la ética y la República”; “Alberto Nisman murió en el intento de echar luz sobre la oscuridad. Su muerte atroz iluminó el espesor de esa oscuridad. Una oscuridad que cae sobre nosotros desde hace mucho”; “Aquí están, ante nosotros, las hijas del fiscal que perdimos. Aquí están, junto a nosotros, estas niñas para las que no hay consuelo porque les han arrebatado a su padre de un balazo. Son huérfanas sembradas por la barbarie que hoy como ayer contamina a la Argentina con su aliento criminal y su pavorosa libertad de acción.”;
“La Justicia no podrá devolverle la vida al fiscal Alberto Nisman. Pero podrá devolvernos la dignidad a todos los argentinos si se atreve, como él se atrevió, a ir en busca de la verdad”.
En otro contexto el abogado de las hijas del fiscal, Dr. Manuel Romero Victorica, expresó «No tenemos ninguna duda de que a Nisman lo mataron»,»Tenemos una prueba que es compleja, que cambiaron la escena del crimen, tenemos que mirar las cosas de otro lugar”.
A pesar de las muchas sospechas ante las irregularidades encontradas en la investigación, para la fiscalía, esta muerte sigue considerándose un suicidio.