Al cumplirse el 202º años de la creación de Cementerio de La Recoleta, se realiza un viaje por las principales bóvedas.

Este Cementerio que se encuentra en el Centro de la Ciudad, se inauguró el 17 de noviembre de 1822, para dar descanso eterno a los personajes más destacados de fines del siglo XIX y principios de siglo XX.
Ante la epidemia de fiebre amarilla en el sur de la Ciudad, las familias más ricas cambiaron su lugar de residencia y se afincaron en esta zona, donde gracias al bienestar económico de la época, fueron construyendo bóvedas que son una maravilla de la arquitectura de la Ciudad de Buenos Aires, una mejor que otra.
De hecho hay más de 90 bóvedas que han sido declaradas Monumento Histórico Nacional.
Entre las más monumentales del cementerio está la bóveda de la familia Leloir, que parece un templo, con un templete con mosaico veneciano reproduciendo la figura de Cristo.
Allí, en la bóveda familiar descansan los restos del Premio Nobel de Química en 1970, el Doctor Luis Federico Leloir.
Luego tenemos la bóveda de la familia López Lecube, que tiene dos esculturas realizadas por la escultora Lola Mora, quien dejó muestras de su espíritu libre y rebelde, al dejar al desnudo un pie y un hombro de una de las figuras.

También la bóveda de Liliana Crociati, joven que falleciera a los 26 años en los Alpes Austríacos, es de estilo neogótico.
Alí se realizó una estatua de Liliana con un traje de novia, con la alianza en su mano y su perro Sabú, que suele ser una de las más visitadas, pues una leyenda dice que al tocar el hocico de Sabú se atrae la suerte.

Entre las más importantes, está la bóveda de Bartolomé Mitre, que es uno de los monumentos más destacados pues está realizada en mármol, y las esculturas las realizó el artista italiano Eduardo Rubino.
Las obras de arte realizadas en la bóveda de Bartolomé Mitre, representan “La Libertad”, “El deber” y “La Justicia”, y en su parte superior se encuentra entre figuras aladas el nombre del fallecido.
Finalmente, otra de las bóvedas impresionantes del cementerio es la de Rufina Cambaceres.
Esta joven falleció el día que cumplía 19 años y se cree que fue enterrada estando en estado de catalepsia. La bóveda es un monumento Art Nouveau, con flores, y hojas, realizada por el alemán Richard Aigner, y se puede ver a Rufina de pie frente a la puerta tomando el picaporte como intentando abrir, lo que influyó para fomentar la leyenda de su entierro estando viva.
La Ciudad de Buenos Aires invita a todos a realizar las visitas guiadas por este cementerio que posee las mejores esculturas de la Ciudad.