Frente a la Academia Nacional del Tango inauguraron una escultura en honor al gran poeta, artista, compositor y tanguero Horacio Ferrer, quien falleció en Diciembre del año pasado a la edad de 81 años.

La inauguración se realizó el martes pasado donde familiares, amigos y artistas se hicieron presentes para ver nuevamente a esta figura del tango convertida en una escultura. La estatua de Horacio Ferrer ahora ocupa un lugar en la vereda de la Academia Nacional de Tango, Av. De Mayo al 800, donde fue presidente hasta el día de su muerte.
La iniciativa fue tomada por la Secretaría de Atención Ciudadana que para rendirle homenaje tomó el día de su natalidad, 2 de Junio, como fecha para colocar este nuevo ícono para la Ciudad de Buenos Aires a unos metros del emblemático Café Tortoni.
Entre los presentes durante el evento estuvieron el Ministro de Cultura, Hernán Lombardi; el Secretario de Atención Ciudadana, Eduardo Macchiavelli; la presidente de la Comuna 1, Cristina Brunet. También personalidades como Pedro Aznar y Raúl Lavié entre otros artistas estuvieron presentes, para ponerle música al ambiente interpretando grandes temas escritos por Ferrer.

Horacio Arturo Ferrer Ezcurra nació el 2 de Junio de 1933 en Montevideo, nacionalizándose como argentino en 1983. Fue un gran poeta, escritor y poeta del tango, componiendo más de doscientas canciones y escribiendo libros de poesía e historia del tango. Entre sus canciones más memorables se destaca «Balada para un loco», realizada con Astor Piazzolla e incluida entre las 100 mejores canciones latinas de la historia, «Chiquilín de Bachín» y de la operita «María de Buenos Aires».
Ferrer hasta el día de su fallecimiento, 21 de Diciembre de 2014, fue el presidente de la Academia Nacional del Tango creada el 28 de Junio de 1990 con el fin de recopilar, ordenar, estudiar y salvar la cultural del tango y todo lo que sus expresiones derivadas significan.