Como todos los años, desde 1947, se celebra el 7 de noviembre el Día del Canillita, es por eso que durante ese día los puestos de diarieros no abren y muchos medios gráficos no salen a la calle para dar sus noticias.

Fue por el año 1867 que empezaron a aparecer por primera vez los vendedores de diarios que en ese momento gritaban a viva voz el diario que vendían, sus noticias y el precio del mismo. El primero en ser escuchado fue: “¡La República! ¡La República!”; “Compre La República”; “La República, a medio peso”. Esta forma de venta innovadora comenzó a ser adoptada por muchos otros diarios y se creó una nueva fuente de trabajo, lo que conocemos actualmente como canillitas.
Florencio Sánchez fue un dramaturgo y periodista uruguayo que falleció el 7 de noviembre de 1910 en Milán (Italia), y para conmemorar la fecha de su muerte es que se eligió en 1947 el 7 de noviembre como el “Día del Canillita”.
Uno de sus escritos más conocidos es “Canillita”, una obra que tiene como protagonista a un chico de 15 años que vive con sus padres y trabaja vendiendo diarios para ayudar en la casa. Es tal la pobreza de este protagonista que usa unos pantalones que, para esa edad, le quedan cortos y le dejan al descubierto sus canillas (gran parte de las piernas), de ahí es que nace el término canillita para los jóvenes que vendían diarios por ese entonces.
En la obra de teatro, el protagonista describe en un canto su vida y desdicha de la siguiente manera:

Soy canillita
gran personaje
con poca guita
y muy mal traje.

Algo travieso
desfachatado
chusco y travieso
gran descarado.

Soy embustero
soy vivaracho
y aunque cuentero
no mal muchacho… (al final)

Muy mal considerado
por mucha gente
soy bueno,
soy honrado

no soy pillete
y para un diario
soy un elemento
muy necesario.