viernes 22 noviembre 2024

Piden juicio por el derrumbe en Villa Urquiza

El fiscal Herrera solicita se enjuicie a los responsables de la obra en construcción donde se derrumbó una pared matando a un obrero, en 2013.

El Fiscal Lucio Herrera, titular de la Fiscalía Criminal y Correccional Nº 29, pidió se eleve a juicio la investigación contra la arquitecta Mónica H. García, el supervisor Alejandro E. Fontana y el capataz Arnaldo A. Figueredo, por considerarlos responsables del derrumbe ocurrido en la calle Triunvirato al 2900, en Villa Urquiza, el 19 de septiembre de 2013, que le ocasionara la muerte al obrero Leonardo López Jiménez de 25 años, bajo el cargo de presunto homicidio culposo.
En la fecha antes mencionada, se estaba tratando de picar una pared realizando un corte longitudinal, y se utilizó un martillo neumático, sin notar que la parte superior no se encontraba debidamente apuntalada. Las vibraciones del martillo neumático hicieron que se desmoronara la parte no apuntalada, cayendo sobre Leonardo López Jiménez ocasionándole la muerte por politraumatismo, hemorragia interna y externa.
En su momento Herrera indagó a los imputados y se dispuso procesar a la arquitecta García y sobreseer a Fontana y Figueredo, medida que fuera apelada por la defensa de la arquitecta.
Este año el 31 de marzo, los camaristas Alberto Seijas y Carlos Alberto González de la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal, confirmaron el procesamiento de la arquitecta y revocaron los sobreseimientos de Fontana y Figueredo considerando que “frente a una actividad de por sí riesgosa como es el picado de una pared medianera, aumentaron el riesgo más allá de lo permitido”, y con respecto a la arquitecta directora de la obra los camaristas consideraron que “la violación al deber de cuidado determinante del resultado consiste en haber ordenado las tareas sobre la pared medianera sin un sistema previo de apuntalamiento o alguna otra medida de apoyo, lo que provocó su desmoronamiento. A su vez, ese riesgo de derrumbe se vio incrementado por la profundidad del calado que superaba la permitida y el empleo de una herramienta que aumentaba las vibraciones”.
Con respecto al supervisor Fontana, la Sala IV lo encuentra responsable por haber sido “quien ordenó el retiro de una estructura de hierro que hacía de sostén y en consecuencia debía procurar algún tipo de apuntalamiento en su reemplazo, máxime cuando tenía plena conciencia del peligro que ello irrogaba pues después de que se quitara el tensor, le dijo a quienes realizaban las tareas de picado en la pared que tuvieran cuidado porque se podía caer”, y en cuanto al capataz se consideró que “si bien no era el encargado de diseñar el plan de trabajo sí debía velar por el modo de su cumplimiento, al encontrarse presente al momento del derrumbe, sin dudas estaba al tanto de la utilización de una herramienta inadecuada en una pared altamente inestable”.
Los fiscales y camarista también han tenido en cuenta las declaraciones de los otros obreros que manifestaron que los responsables de la obra, ahora imputados, sabían bien el estado de la medianera, pues les dijeron que trabajaran con cuidado sobre la mencionada pared pues se podía caer.