lunes 23 septiembre 2024

Sigue la toma en 30 colegios de la Ciudad

A un mes de comenzar los conflictos, los estudiantes continúan con la toma de colegios en rechazo a la reforma estudiantil que impone la obligación de trabajar durante el último año de cursada en el secundario.

Desde el 29 de Agosto comenzó una batalla entre los estudiantes y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el conflicto surgió ante una reforma que obligaría a los alumnos de 5to o 6to año del secundario a trabajar para poder recibirse en el colegio.
Esta iniciativa tiene como objetivo que el alumnado cumpla con los estudios requeridos y, además, tengan un lapso de tiempo trabajado en empresas no gubernamentales. La idea es que el estudiante haga una inserción al mundo laboral y pueda tener una experiencia mínima de trabajo, la cual le serviría para poder trabajar al finalizar la escuela secundaria.
Uno de los grandes conflictos que se tiene al momento de buscar trabajo por primera vez es la famosa “experiencia laboral”, un requisito hasta excluyente para poder formar parte de las líneas postulantes.
Según la ley N° 20.744, referente al trabajo adolescente, cualquier joven de entre 16 y 18 años ya puede ser contratado como empleado, siempre y cuando tenga la autorización de su padre, madre o tutor. Pero al ser un tema muy delicado, es muy usual ver que los comercios y empresas deciden optar por solicitar jóvenes mayores a los 18 de edad.
Teniendo todo esto en cuenta el primer trabajo que adquieren los estudiantes termina siendo por familiares, en negro o en los famosos locales de comida rápida como Mc Donalds, Burger King, Wendys o Mostaza.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presentó un proyecto en el cual sea obligatorio en las escuelas públicas la inserción laboral en el último año del secundario, 5to o 6to año como así corresponda en ese colegio. El trabajo no se interpondría con las clases y puede llegar a tener una duración máxima de 6 meses, tiempo que no sería redituado económicamente por la empresa en la que realice la “pasantía laboral”.
En este marco será función de los maestros estar al tanto de cómo se desenvuelve el alumno en la pasantía, ayudarlo en la misma y puntuar su desempeño laboral. Es así como la pasantía termina transformándose en una materia más para que el alumno pueda aprobar el secundario.

El Gobierno porteño utilizó el Artículo 33 de la Ley de Educación Nacional Nº 26.206 sancionada en el 2006 y los artículos 15 y 16 de la Ley N° 26.058 sancionada en el 2005 como referendum para la implimentación de la pasantía laboral, pero en un caracter obligatorio y sin dar muchos detalles sobre la cantidad de horas y días que tendrá que hacer el alumno para poder aprobar esa «materia». En el primer artículo se deja en claro que los mayores de 16 años durante un período no mayor a los 6 meses podrán realizar “prácticas educativas en las escuelas, empresas, organismos estatales, organizaciones culturales y organizaciones de la sociedad civil, que permitan a los/as alumnos/as el manejo de tecnologías o brinden una experiencia adecuada a su formación y orientación vocacional”, aclarando también que la empresa en ningún momento podrá “generar ni reemplazar ningún vínculo contractual o relación laboral”.
Los artículos de la segunda ley hacen referencia a la “Vinculación entre las instituciones educativas y el sector productiva”, es aquí donde el artículo 16 hace hincapié en que “en ningún caso los alumnos sustituirán, competirán o tomarán el lugar de los trabajadores de la empresa”.

Hasta ahora, esas leyes antes mencionadas no tenían el carácter de obligatoriedad, por lo que no se les daba mucha importancia, pero con la nueva resolución del Gobierno estas prácticas se tornarían necesarias para que el alumno pueda cumplir con los requisitos para graduarse.
El segundo gran conflicto que generó la iniciativa es que, a pesar de realizar trabajos en la empresa, los alumnos que realicen la práctica laboral no recibirían ninguna compensación económica, convirtiéndose en mano de obra gratuita para la empresa en cuestión. Esto hasta cierto punto, porque para la empresa termina convirtiéndose en un gasto extra.
Estas son las razones por las que muchos colegios fueron tomados y los alumnos esperan que el Gobierno los escuche para poder resolver las dudas y llegar a un consenso colectivo que beneficie al cuerpo estudiantil.
Muchos maestros también se mostraron en desacuerdo ante la obligatoriedad de la pasantía, principalmente porque el maestro se termina convirtiendo en un “Encargado” de la empresa y tendría que seguir de cerca las acciones del alumno durante el tiempo que esté trabajando.
Por su parte, muchos padres optaron por ir a la justicia para que se haga algo contra los estudiantes que se encuentran usurpando los terrenos públicos. Ya ha pasado un mes desde que se comenzaron con las tomas de los colegios y ese tiempo perdido afecta a todos los estudiantes por igual, los que luchan contra la reforma y quienes prefieren mantenerse al margen.
Otro sector que se mostró disconforme fueron las empresas, más que nada porque tener menores de 18 años trabajando dentro de la empresa sin una obra social y a los que hay que estar capacitando y controlando constantemente, conlleva en un gran gasto monetario y mucho esfuerzo, sin contar los inconvenientes legales que tendría si le pasara algo a un alumno durante la pasantía.