En el corazón del barrio porteño de San Telmo se encuentra la Plaza Dorrego, donde todos los domingos se concentran gran cantidad de puestos de anticuarios.

La Plaza Dorrego, es el lugar elegido desde hace muchos años por los artistas y anticuarios de Buenos Aires.

Allí todos los domingos se reúnen todos los anticuarios, especialmente sobre la calle Defensa donde se congregan los centro de anticuarios más importantes de América, con más de 200 puestos donde se puede conseguir todo lo que se pueda imaginar el turista.

Todo comenzó cuando en 1970 unos pocos vecinos decidieron vender “las cosas viejas” que tenían en sus casas. El éxito fue tan grande que en un año ya eran 200 los puestos que se extendían por la calle vendiendo antigüedades y todo tipo de cosas raras, y pasó a ser la Feria de San Telmo.

Esta plaza está pavimentada y era el lugar donde se reunían los carros tirados por caballos antes de cruzar un arroyo para ir al centro, y está rodeada por edificios del siglo XVIII y XIX que han sido reciclados y convertidos en negocios de antigüedades, cafés y restaurantes.

La Feria se ha extendido ya hacia las calles Humberto 1º, Defensa hasta Parque Lezama y Pasaje Giuffra, con puestos mayoritariamente de antigüedades.

En los diferentes locales de la feria encontramos puertas, antigüedades, lámparas viejas, relojes sin uso, radios, televisores blanco y negro, cámaras de fotos, banderas, sifones de soda, mates, espejos, juguetes viejos, discos de pasta, tocadiscos, radios y fonolas viejas, cristalería y platería de principios del 1900, alfombras, mantillas y viejos vestidos de novia. Todo vale. A diferencia de lo que hoy ocurre en el mundo, aquí cuanto más viejo, vale más.

Todos los domingos se reúnen allí gran cantidad de personas de todo el mundo disfrutando de café, chocolate, o pastelitos, mientras recorren el lugar en busca de algún objeto extraño que les llame la atención.

Esta feria funciona los domingos hasta las 17 horas.