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La comunidad del Carmen acompaño a la Virgen en la 47ma. Peregrinación a Lujan bajo el lema “Madre del Pueblo, te pedimos por la salud y el trabajo.

El sábado 2 de octubre Bajo el lema "Madre del Pueblo, te pedimos por la salud y el trabajo" la comunidad de la Parroquia del Carmen de Villa Urquiza peregrino a Lujan junto a miles de peregrinos de todas las edades, familias y grupos de amigos provenientes de distintos puntos del país.
El seminarista Walter Martín Mora fue de la partida y tuvo la amabilidad de escribirnos su experiencia.

“AHÍ ESTABA ELLA, NUESTRA MADRE”
Ya desde principio de septiembre un grupo de la comunidad de La Parroquia del Carmen de Villa Urquiza comenzó a organizar y pensar la peregrinación tan esperada hacia Lujan, esta vez desde la localidad General Rodríguez, gracias a Dios y la Virgen se logró concretar, y fuimos unos 131 peregrinos que partimos en tres micros desde la Parroquia hasta el punto de encuentro en Rodríguez, después de unas charlas orientativas en la parroquia y la bendición del padre Gustavo subimos a los micros, al llegar hubo una oración proclamada por el Padre Arturo quien nos acompañó e iniciamos el andar. Jóvenes y no tan jóvenes partimos al encuentro de nuestra Madre.
El lema de la 47ma. Peregrinación de este año fue “Madre del Pueblo, te pedimos por la salud y el trabajo” , un lema que se fue haciendo oración en el camino, se disfrutó el peregrinaje gracias a algunos coordinadores que animaron, también con chistes, juegos, y el compartir testimonios de algunos jóvenes, muchos venían por primera vez, y comentaban que lo hacía para agradecer todo lo que tenían, compartían que les hace bien compartir en comunidad y caminar juntos, muchos vinieron a presentar sus proyectos de vidas y estudios, otros porque es tradición de familia peregrinar hacia nuestra Madre.
En el camino fuimos percibiendo mucha gente, los que caminaban solos y a un ritmo propio de andar, y se veía en sus rostro pensativos un rostro de oración, también observamos a grupos pequeños, que iban cantando o rezando algún rosario a la Virgencita, y como no hablar también de los distintos puesto de comida a orillas del camino y que también invitaban a rezar por ellos que les tocaba estar todo el día trabajando y llevar el sustento a casa, el pan de cada día, se hace eco en el corazón el lema de la peregrinación. Observamos a muchas personas de distintas edades, con ritmos muy distintos para caminar, y también hay quienes partieron de distancias muy distintas, antes de llegar a la basílica una mujer nos compartía que salió de Liniers, se notaba mucho su cansancio pero sus ojos expresaban una fuerza sinigual y el deseo de llegar a ver a la virgencita y presentarle a ella el corazón.
Se percibió un clima muy lindo en el grupo del Carmen, muy animado, nos tocó un poco de lluvia en el camino, pero seguimos manteniendo el ritmo, paramos en el puesto del seminarista unos minutos para descansar y rezar, y continuar, en el grupo había una mujer y un niño que se llevaron los aplausos, el pequeño de alrededor de 7 años y la señora “doña mimi” de 82 años, ambos llegaron muy bien y al parecer con ganas de seguir caminando, fueron nuestra inspiración en el camino.
Fueron 16 km, pero después de los 10 km los pies comenzaron a sentirse un poco distintos en algunos peregrinos, aun así se pudo llegar muy bien, y fue sorprendente, ahí estaba ella, la Madre, en la puerta de la basílica esperando a sus hijos e hijas, fue emocionante, muy profundo. Al llegar alrededor de las 15 hs. el padre Arturo Bas vicario de la parroquia del Carmen celebro la eucaristía, fue para nosotros un privilegio que nuestro hermano de la comunidad presidiera la misa para los peregrinos.
La experiencia de ver a mucha gente, fue muy lindo, ver en el rostro de la gente el deseo profundo de ponerse en camino e ir al encuentro de Mama María, para dejarle a ella las intenciones más hondas, nuestros dolores y alegrías. Este peregrinar siempre me ha dejado la sensación de que en el camino nos sentimos más hermanos que nunca, una familia, con muchos no nos conocemos pero en el peregrinar a Lujan se siente el clima de familia, de que no estamos solos, de que tenemos una Madre que nos espera en la puerta y nos recibe en sus brazos, que lindo es caminar junto a otros, que lindo es rezar juntos, que lindo es descubrimos amados por María la virgen, muchas lágrimas recorrieron las mejillas de hermanos y hermanas en este peregrinar, esto lo logra la Virgencita de Lujan con su amor, a ella le pedimos por la salud de tantos y por tantos que buscan trabajo. ¡¡Virgencita de Lujan ruega por nosotros!!

 

 

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