Finalmente llegó el momento de llevar a Sandra a un santuario donde pueda vivir en libertad entre otros 21 simios.
Cuando se decidió realizar el Ecoparque en el lugar donde se encontraba el zoo de Buenos Aires, se comenzó a programar el traslado de los animales que allí se encontraban desde hace años, en medio de la Ciudad.
Durante estos años, buscando los lugares más convenientes para cada uno de ellos, realizando el trabajo de adaptación a las jaulas de traslado, y realizado los chequeos médicos de ellos, el tiempo fue transcurriendo y hubo varios animales que no resistieron, como la jirafa y la rinoceronte blanco que fallecieron el año pasado.
Ahora por fin le llega el turno del traslado a la famosa Sandra, cuyo abogado Dr. Andrés Gil Domínguez en 2014 consiguió que se la declarara” persona no humana sujeta a derechos”, por lo que debía ser llevada a un lugar donde pudiera vivir en semi libertad, ya en 2017 se decidió que su lugar fuera el “Center of Great Apes” en Florida, en un predio de 40 hectáreas en una zona boscosa, con lugar para escalar y correr en libertad.
Sandra nació en Alemania el 14 de febrero de 1986, y desde entonces fue trasladada de un lugar a otro hasta que en 1994 llegó al zoo de Buenos Aires.
Ahora como lo había anticipado la jueza Elena Liberatori, del Juzgado Nº 4 en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, ella partirá rumbo al santuario de Florida, en Estado Unidos, pero antes deberá pasar un período de cuarentena en el Sedgwick Conunty Zoo de Dallas donde la esperan los especialistas y sanitaristas.
Durante todo el tiempo mientras se buscaba lugar para ella, se fue realizado un enorme trabajo tanto para ir adaptándola a la caja donde será transportada, como en comprobar su estado de salud, con infinidad de análisis y estudios médicos, para que se encuentre en perfecto estado de salud.
A ella se la llevará en la bodega de un vuelo comercial, en el que también viajara un veterinario y un cuidador hasta Dallas, donde será recibida por personal especializado, y luego de la cuarentena, deberá viajar en camión hasta el santuario que esperamos sea su último traslado.
